NUEVA YORK — Juan Soto no solo está encendido… está ardiendo. Este sábado, el dominicano volvió a dejar su huella en el diamante con su tercer cuadrangular en días consecutivos, reafirmando su condición de uno de los bateadores más temidos de las Grandes Ligas.
Frente a Aaron Ashby, lanzador de los Cerveceros de Milwaukee, Soto desató un swing perfecto que envió la pelota 411 pies hacia el jardín derecho-central. Una muestra de fuerza, técnica y una lectura del pitcheo que muy pocos en la MLB pueden igualar.
💥 Tres días seguidos, tres vuelacercas. Soto está en un momento dulce, y cada turno al bate se ha convertido en una amenaza para cualquier lanzador rival.
🔍 Precisión y poder en el plato
El duelo contra Ashby fue un ejemplo de la maestría de Soto para leer lanzamientos. El zurdo intentó retarlo, pero el jardinero de los Mets no solo aceptó el desafío… lo dominó. Este tercer jonrón consecutivo confirma que ningún lanzamiento está fuera de su radar.
Sin embargo, el brillo individual no fue suficiente para asegurar la victoria. Los Cerveceros terminaron imponiéndose 7-4, dejando claro que, aunque Soto y Pete Alonso sigan encendidos, el éxito colectivo depende de que todas las piezas del equipo funcionen en sintonía.
📊 Más que números: liderazgo
Para los Mets, Soto es más que un bate caliente. Es un líder natural, capaz de responder en momentos clave y de inspirar a sus compañeros. Su impacto en la alineación es innegable, pero en un deporte de conjunto como el béisbol, la consistencia defensiva y el pitcheo son igual de determinantes.
Con la recta final de la temporada en marcha, la fórmula es clara: aprovechar la forma de Soto y, al mismo tiempo, fortalecer la cohesión del equipo.
🏆 El reto de la postemporada
Soto ha dejado claro que puede cambiar el rumbo de un partido con un solo swing. Su racha actual es prueba de su talento y disciplina. Ahora, la pregunta es si los Mets podrán capitalizarlo para asegurar su lugar en la postemporada.
El poder individual ya lo tienen. Lo que falta es convertirlo en una fuerza colectiva que pueda llevarlos más lejos. Y en esa misión, Juan Soto seguirá siendo el corazón ofensivo del equipo.